Se dijo que el año pasado iba a ser el año de la TV móvil, y que eventos como la Eurocopa y los Juegos Olímpicos servirían de gancho para la difusión masiva del vídeo y televisión a través del móvil. Pero aquello no pasó de un tímido intento. Por el contrario, ha llegado la crisis y las expectativas del crecimiento del sector se han evaporado. Aunque no faltan los inasequibles al desaliento. Esta misma semana la consultora QuickPlay Media (que curiosamente participa en el negocio de los móviles) ha difundido un estudio en el que anuncia a bombo y platillo, por si no nos habíamos enterado aún, que “los consumidores están verdaderamente interesados en ver la televisión por el móvil”. Y el informe, con un generoso barniz de relaciones públicas, se extiende como la pólvora en Internet, gracias a esta cultura tan nefasta del “corta y pega”. !Aprendamos a distinguir la información de la propaganda, publicidad y relaciones públicas!
A principios de 2008, los proveedores de televisión en Estados Unidos, crearon un lobby, la Open Mobile Video Coalition (OMVC) que pretende establecer un nuevo estándar universal para la TV móvil que sea capaz de utilizar las señales de todos los operadores. El lobby fue presentado en el CES, el mayor evento internacional de tecnología de consumo. Pero desde entonces no ha habido novedades. Parece que las cadenas norteamericanas tienen ya bastante con afrontar la abrupta transición al apagón analógico.
La supuesta gran ventaja de la televisión en el móvil, respecto a la convencional, (copio de la nota de prensa de una empresa andaluza de TV móvil) “es que no se limita al visionado de programas, sino que ofrece interactividad al telespectador: éste puede tener acceso a mucha información adicional sobre aquello que está viendo, descargarse el vídeo de un gol en un partido de fútbol, ver el videoclip de un grupo musical que aparece en la tele…”. ¿Se acuerdan? Suena igual que el «mantra» con el que a principios de 2000 nos vendían las maravillas de la televisión interactiva. Así nos luce el pelo.
“La televisión móvil está aún muy lejos de ser viable en alguna parte del mundo”. Se ha atrevido a decirlo en público un tal Michael Keferi, director de la empresa de investigación de tendencias globales CScout Japan (vamos, la competencia directa del Nautilus) en el Foro de la Televisión de Asia celebrado en Singapur. Keferi añade que One Seg, la empresa que lanzó el mayor número de móviles con capacidad para recibir vídeo y TV en Japón, aún está muy lejos de conseguir su objetivo de un modelo de negocio viable en 2011, aunque ya contaba con más de 35 millones de móviles con capacidad de vídeo en el país.
¿Cuántos de ustedes quieren realmente ver televisión en el móvil? ¡Incluso la magia y el espectáculo de un golazo de Messi queda descafeinada en una pantalla tan chiquita! Pero oiga, no olvide usted, se encarga de saturarnos la publicidad del negocio, que “una nueva forma de ver la televisión en el móvil le permite al telespectador profundizar en los contenidos y usarlos para conseguir lo que le interesa: solicitar canales de información meteorológica, enlazar con páginas web relacionadas con el tema, realizar televotaciones…” Bla, bla, bla.